Fracaso total

A los once años, Virgil Salinas ya lamentaba su paso por secundaria, ¡y eso que apenas había terminado el primer año! Se imaginaba los cursos que le quedaban por delante como una larga serie de obstáculos, cada uno más alto y grande y pesado que el anterior, y a él allí, plantado en sus delgadas y debiluchas piernas. No era bueno saltando obstáculos. Lo había descubierto en sala de gimnasia, donde era el más pequeño, el más insignificante, a quien siempre escogían el último.

A pesar de todo, debería estar contento de que fuera su último día de escuela. El año había terminado. Tendría que ir saltando de felicidad de camino a casa, listo para aprovechar todo un verano por delante. Pero en lugar de eso, cruzó la puerta de la entrada como un deportista derrotado…

Erin Entrada Kelly (fragmento del libro Hola, Universo, disponible en Biblioteca Juana Keiser)