Ded Moroz era un anciano alto, fuerte y con una larga barba blanca, era muy bueno y le encantaba ver la sonrisa de los niños en Navidad. Un día se le ocurrió que cada fin de año, cada niño recibiría su regalo. Pero Ded Moroz era muy anciano y era demasiado trabajo para él.
Pidió ayuda a su nieta Snegúrochka, una hermosa joven, hija del hada de la primavera y de Frost, el señor de la escarcha. Su pelo era blanco y suave como la nieve, sus ojos tan claros y azules como el cielo cuando está despejado.
Un día el abuelo le propuso lo siguiente a su nieta:
-¿Qué te parece si por Año Nuevo dejamos una sorpresa a cada niño? Pero no pueden vernos.
-Uy, es mucho trabajo, abuelo, pero me gusta la idea.
Ese año empezaron a poner en marcha su plan. Ded Moroz vestido de rojo, llevaba una larga capa que le había cosido su nieta. Ella vestía de azul, su color favorito. El abuelo llevaba muchos meses fabricando un trineo de madera, buscó sus troicas (caballos típicos de Rusia) y empezaron a recorrer la zona llevando regalos a los niños.
Desde entonces, el abuelo del frió y la doncella de la nieve, reparten cada año a todos los niños de la zona regalos y juguetes.
Leyenda rusa de Navidad