El diario azul de Carlota

…Encuentro algunos blogs que contienen la palabra violencia. Uno lleva por título Memorias de Gregor Samsa. No puedo resistir la tentación de leerlo. Quiero saber qué relación tiene con la violencia, pero sobre todo quiero adivinar quién se esconde detrás de un nickname robado al protagonista de Kafka.

Gregor Samsa 1
Blog: Memorias de un escarabajo miserable.
Hoy me he despertado poeta. Ya verás que no es mi fuerte… De hecho, quién sabe si
sirvo para algo. En fin, aquí tienes la poesía.
Violencia ¿gratuita?
Soy la bolsa de la basura. Fétida, hedionda, maloliente.
Me tapo la nariz y me bajo a la calle,
donde continuará ignorándome la gente.
¿Cómo te sentirías tú,
compañero, vecino, amigo,
si sólo recibieras porrazos, tortazos,
si le importaras a todo el mundo un pepino?

 

¡Caray! Pobre tío… o pobre tía. Tiene la moral bajo mínimos. ¿Qué le debe de estar pasando para sentirse así de mal? ¿Un fracaso amoroso de esos que te hacen imaginar que no eres digno de inspirar amor a nadie y mandan tu autoestima directa a la UVI? ¿O quizá un mogollón de insuficientes que no te atreves a comentar en casa? No, esto último es imposible, si el curso no ha hecho más que empezar… Además, habla de un solo verdugo, y no de todos los profesores de un curso…

Este Gregor Samsa me tiene bien atrapada. Quiero saber más cosas de él. Quiero saber si sufre algún tipo de maltrato o si en realidad no es más que una metáfora o, simplemente, es un paranoico que ve problemas donde no os hay.

Veo que, anteriores a éste, hay un par de documentos más, así que entro.

Gregor Samsa 00
Blog: Memorias de un escarabajo miserable.
Me llamo J. y vivo en Cáceres. Tengo dieciséis años y unos padres que parecen hechos
de mármol y no de carne y hueso, y tengo una hermana que conoce la ternura, pero a
quien no puedo recurrir porque sólo tiene dos años, y tengo una cámara para filmar
«películas», y lo que no tengo son narices. Porque si las tuviera, en vez de colgar este
blog en la red para ver si alguien me lee —cosa que dudo seriamente— y para
desquitarme, hablaría con mis padres para que me cambiaran de instituto. Porque éste
es mi drama: acabo de empezar otro curso escolar, primero de bachillerato, y de nuevo
me espera un año durísimo, codo a codo con mi agresor.
Pero no tengo narices. Y así me va la vida.

 

Gemma Lienas (fragmento del libro El diario azul de Carlota)