Recuerdos sobre ruedas

Me pasé mi niñez viajando en coche, también la pase viendo películas, y sin embargo, tuvieron que pasar muchos años hasta que conseguí relacionar el mundo de los coches en los que viví tantas horas muertas de mi infancia con el del cine. Está claro que la forma de vivir dentro de un automóvil en mi infancia estaba a años luz de la forma en la que vivían sobre cuatro ruedas en las historias de ficción.

Cuando éramos pequeños no sabíamos, al menos los niños de antes, que éramos unos niños que nos lo creíamos todo, que muchas de estas escenas en las que el protagonista salía conduciendo se grababan en estudio, con transparencias de maravillosos paisajes que se movían de fondo, ventiladores para que a los actores se les echara el cabello hacia atrás, si es que iban en uno de aquellos maravillosos descapotables, y todo lo que hiciera falta para engañar al público inocente de entonces.

No diré la edad a la que yo supe que era un truco cinematográfico, porque me daría vergüenza confesároslo. Probablemente si hicieran un concurso de inocentes de todos los niños de mi generación, de los que nacieron, de los que nacieron en 1962, yo conseguiría uno de los tres primeros puestos.

Elvira lindo (fragmento del libro Recuerdos sobre ruedas, disponible en Biblioteca Juana Keiser)