Soy parte de todo lo que veo y todo lo que veo forma parte de mí.
Soy mis manos, soy mis pies.
Soy el perrito que juega también.
Soy la luna, soy las estrellas y ¡hasta soy lo que me alimenta!
Solía pensar que era muy pequeño…
Solo un cuerpo, nada más.
Pero un día le pregunté al Sol,
-¿Quién eres tú?
-Somos uno-Me dijo irradiando su luz.
-Pero señor Sol, ¿cómo puedo ser, tú y yo a la vez?
Sonrió:
-Es mejor que preguntes a mi hermana Estrella.
También forma parte de ti, ella.
Así que esperé hasta el anochecer y cuando la oscuridad su luz me dejó ver, le pregunté:
-Estrella, ¿cómo puede ser que tú y yo estemos unidas también?
Brilló con fuerza y me comentó:
-Eres más grande de lo que crees; eres… mucho más de lo que ves.
Tienes un cuerpo, es verdad… Pero observa en tu interior todo lo que hay más.
Cerré los ojos para ver dentro de mí. ¡Y sentí una luz! Me hizo sonreír.
Chara M. Curtis (fragmento del álbum ilustrado La luz de tu corazón, disponible en Biblioteca Juana Keiser)
