La Befana

Leyenda de Navidad de la ‘reina maga’ de los niños italianos

La leyenda de la Befana, que es muy antigua, pero muyyy antigua, cuenta que cuando los Reyes Magos llevaban los presentes para el Niño Jesús hacia Belén, se perdieron en el camino. ¿Sabes por qué? Los Reyes Magos perdieron por un momento de vista la brillante estrella que les guiaba, porque unas nubes muy oscuras ocultaron su estela.

Los Reyes, desesperados, comenzaron a preguntar a todas las personas que encontraban por el camino. Primero fue un pastor, que no supo contestar. ‘¿Una estrella?’, preguntó extrañado el pastor… ‘¡Si con estas nubes no se ve ninguna!’.

Andando por el mismo camino, los Reyes Magos se encontraron con un niño, que tampoco supo contestar a su pregunta. ‘Había una estrella muy brillante en lo alto del cielo, pero hace un rato que dejé de verla, y mis papás nunca me dijeron dónde está ese sitio que buscáis… ¿Belén?… Nunca me llevó con él a ese lugar’… Los Reyes Magos continuaron preguntando a diferentes campesinos del lugar, pero ninguno supo contestar… y justo cuando ya estaban a punto de perder las esperanzas, cuando comenzaban a pensar que estaban realmente perdidos y no llegarían a tiempo de ver al niño Jesús, se encontraron con una anciana de cabellos blancos y ropa muy oscura: La Befana.

Los niños del lugar le tenía miedo, e incluso le llamaban ‘bruja Befana’, porque siempre estaba sola y andaba con ayuda de una vieja escoba  por caminos muy largos y misteriosos.

Pues fue justo la anciana Befana la única que les pudo decir a los tres Reyes Magos qué camino seguir hacia Belén, ya que de tanto andar una vez la anciana Befana consiguió llegar hasta Belén.

Para agradecerle su ayuda, los tres Reyes Magos invitaron a la anciana a seguir el viaje con ellos hasta Belén, pero ella rehusó.

Más tarde la anciana Befana, arrepentida de haber dejado pasar la oportunidad de ver al recién nacido, salió en su busca de los Reyes Magos, pero ya era tarde, y no consiguió dar con ellos. Fue entonces cuando decidió regalar un dulce a todos los niños que se encontraba en su camino, con la esperanza de que algunos de ellos fuese el Niño Jesús.

Desde entonces, todos los niños reciben en navidad un regalo sorpresa o dulce de la anciana Befana, en recuerdo del día en el que nació el Niño Jesús.