Soy un gato azul

Soy un gato, un gato azul. Sí, azul. ¿Te parece raro? Pues a mí me gusta mucho. Aunque no es lo que opina todo el mundo, ya lo sé. Cuando era pequeño, la granjera e metió en un barreño de agua con jabón. Creía que, al lavarme, perdería mi color. Salí del baño muy limpio y aseado, pero tan azul como había entrado. La granjera me dio un puntapié y gritó:

– ¡Vete! ¡Fuera! Aquí los tejados son rojos, la hierba es verde y el trigo es amarillo, y los gatos, blancos, negros, grises, de rayas o rojizos. ¡Y se acabó! ¡De ningún otro color!

Así que me fui. No tuve más remedio. Cazaba ratones para comer. Trepaba a un árbol o me subía a un tejado y, como era tan azul como el cielo, los ratones no me podían ver. Loa ratones saltaban de acá para allá… y, de repente, ¡zaz!, se les caía encima un trocito de cielo. ¡Era yo, por supuesto!

Me habría gustado cazar ratones verdes, morados o rojos. Pero eran todos tan grises como las nubes grises, y tan tristes como un día lluvioso. Yo prefiero los colores alegres. Me encanta el color rojo y el oro de las hojas en otoño. Y el naranja de los atardeceres sobre el campo verde.

Anne Mirman (fragmento de Soy un gato azul, disponible en biblioteca Juana Keiser)