Novelista y periodista británico (Berkhamstead, Reino Unido, 1904 – Vevey, Suiza, 1991). Estudió historia en Oxford y en 1926 inició su trayectoria periodística en The Times, del que más tarde sería subdirector. Posteriormente ejerció como crítico cinematográfico y director literario de la revista The Spectator; durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para el ministerio de Asuntos Exteriores británico.
En sus primeras novelas, entre las cuales destacan «Orient Express» (1932) y «Una pistola en venta» (1936), Graham Greene combinó un hábil tratamiento de la psicología de los personajes con las técnicas de la narrativa de espionaje, género que lo cuenta entre sus mejores maestros, junto a figuras como John Le Carré, Frederick Forsyth o Ian Fleming. A estas obras siguieron «Brighton, parque de atracciones» (1938), «El poder y la gloria» (1940), «El revés de la trama» (1948), «El tercer hombre» (1950) y «El fin de la aventura» (1951).
Todas ellas presentan personajes presionados por el factor ambiental, que luchan por su liberación o su afirmación. La problemática católica -el autor se convirtió al catolicismo en su juventud- no afecta ni entorpece el curso ágil de sus tramas argumentales, ni convierte la acción redentora de los personajes en una lección moral. «El tercer hombre» es quizá su novela más conocida, debido a la adaptación cinematográfica de Carol Reed (con guión del propio Greene), en la que Orson Wells, interpretó magistralmente a Harry Lime, una de las grandes creaciones del escritor.
Graham Greene acentuó la visión pesimista que tenía de la condición humana en novelas posteriores como «El americano impasible» (1955), «Nuestro hombre en La Habana» (1958), «Un caso acabado» (1961), «El cónsul honorario» (1973) y «El factor humano» (1978). Autor prolífico, también cultivó el relato y el drama, «El cuarto de estar» (1951) es su pieza teatral más conocida.
Aunque Greene escribió para adultos principalmente, esto no le impidió ganarse el reconocimiento de la crítica con sus cuento para niños.
El cochecito de bomberos
En el pueblo del Ronquidito hay dos personajes que nunca quisieron abandonar el pueblo que tanto amaban. Eran el viejo marinero José Carretilla, y el cochecito de bomberos, el cual fue construido hace años, antes de que se inventasen los motores. Motivo por el que el poney Lucero tiraba de él. José Carretilla está muy orgulloso de ambos. Juntos habían logrado apagar incendios y ayudar a niños en apuros. Sin embargo, un buen día el alcalde Antúnez idea un plan para prescindir de sus servicios. Y, sin previo aviso ni motivo aparente, la vida de José Carretilla, Lucero y el cochecito de Bomberos dará un vuelco drástico. El bombero se quedará triste y solo, abandonado por su ambicioso amigo Lucero al que no tendrá con qué alimentarle. Pero, su suerte cambiará gracias a un imprevisto y su buen hacer.