Crisis del hábito lector en niñ@s

En torno a los 7 u 8 años, después de iniciarse en la lectura con entusiasmo, de pronto observamos que nuestro hijo se muestra desganado, desmotivado ante la perspectiva de leer. Experimenta tal rechazo por la lectura que puede llegar a enfadarse y hacernos sentir impotentes.
Los motivos pueden ser variados, ¡cada niño es distinto!, pero normalmente tienen un denominador común: el nivel de lectura del niño es alto. Esto se traduce en que:
Los álbumes ilustrados se le han quedado pequeños. Aquellos preciosos álbumes ilustrados a los que antes dedicaba fácilmente 15 ó 20 minutos y que leía una y otra vez ahora mismo le resultan un escaso aperitivo. Los niños con un buen nivel de lectura pueden leer un álbum ilustrado en menos de 5 minutos ¿y entonces qué? En dos lecturas que haga el niño se lo sabe de memoria y termina perdiendo el interés.
El niño necesita lecturas mucho más largas y con temas más cercanos a su realidad. Poco a poco, en torno a los 8-9 años, los niños van dejando atrás el universo mágico de la primera infancia. Necesitan que esto se refleje también en las lecturas que hacen, buscando aquellas con las que se sientan más identificados según sus gustos, ya muy definidos, sus aficiones o sus inquietudes.
Muchas de esas lecturas de mayor contenido son demasiado áridas para su edad. Mientras que el universo del álbum ilustrado ha crecido hasta casi el infinito, existe un evidente vacío de libros de lectura para niños que leen mucho pero que no pueden pasar a una novela juvenil porque siguen siendo muy pequeños. Los niños de 7, 8, 9 años, por mucho nivel de lectura que tengan, siguen necesitando libros con frecuentes ilustraciones, atractivas a la vista, capítulos cortos y letra de un tamaño que facilite la lectura.
Otras causas de esta crisis suelen ser:
Aumento del nivel de exigencia en Primaria y exceso de deberes. Aunque depende mucho del colegio, a menudo el brusco cambio de exigencia que se produce en cursos como 3º de Primaria hace que muchos niños se desanimen con la lectura. Pasan 5 horas diarias o más delante de libros que ya quedan lejos de aquellos tan bonitos que usaban apenas un par de cursos antes, escriben hasta agotarse y, para colmo, cuando llegan a casa se enfrentan a interminables deberes. El niño no es que haya perdido el hábito lector, es que simplemente está agotado.
Las odiosas fichas de lectura. ¿Quieres conseguir que un niño odie los libros? Oblígale a leer un libro que no ha elegido y, encima, exígele que al terminar rellene una ficha con el título, autor, resumen, personajes principales y valoración.
• Pasar demasiado pronto a libros demasiado serios. Como explicaba antes, cuando al niño se le empiezan a quedar cortos los álbumes ilustrados, los padres nos enfrentamos a un problema porque no existen muchas colecciones que nos permiten ofrecer a nuestros hijos lecturas con más texto pero que sigan conservando un diseño atractivo, coloridas y frecuentes ilustraciones y una temática acorde con su edad. Ofrecer a un niño, de pronto, un libro de 150 páginas con apenas 6 ilustraciones en blanco y negro, no suele ser buena idea. Es posible que el contenido del libro sea genial, pero un niño de 8 años no puede hacer un salto tan brusco entre el álbum ilustrado y la novela-casi-juvenil.

Consejos para estimular el hábito lector en la infancia:
Para las familias es un reto ver como su pequeño, que era un gran devorador de libros, de pronto parece perder el interés por la lectura.
Cuando creíamos que ya lo teníamos todo hecho, toca volver a empezar para re-activar su hábito lector:
Acompañarles en la lectura.
Esforzarnos por comprender qué clase de libros le pueden estimular.
Dialogando con nuestro peque durante la lectura para saber si le está gustando o si quiere cambiar.
En realidad, cuando hacemos todo este trabajo de fondo, nos daremos cuenta de que normalmente no estamos ante niños que no quieren leer, sino niños que no han encontrado aquello que les gusta leer.
No debemos conformarnos con el «es que al niño no le gusta leer». Si ofrecemos buenos libros, el peque disfrutará leyendo. ¡Sin duda!