Manipular los libros de la biblioteca

Lávate las manos antes de tocar el libro. La menor suciedad o aceite en tus manos pueden manchar o dañar las páginas y la cubierta. Haz una buena espuma con el jabón. Céntrate en las yemas de tus dedos y las palmas. Lávate las manos durante un buen tiempo, por ejemplo, al son de una melodía que te gusta.

No escribas en el libro. Evita marcar las páginas o la cubierta con tinta, lapiz o rotulador. Ni siquiera hagas marcas suaves con lápiz, sino podrías dañar las páginas sin querer al borrarlas.

Evita leer el libro dentro del agua o cerca de ella. Si se cae al agua, se estropeará por completo. Si necesitas leer algo cerca de la piscina o en la bañera, lee una revista o un periódico que tengas pensado reciclar. Si te sientes con ganas de leer algo después de bañarte, sécate bien antes de tomar el libro.

No comas ni bebas mientras lees. Las manchas y los líquidos son difíciles de quitar. Pueden oscurecer el texto y hacer que las páginas sean difíciles de leer. Mantén el libro alejado del lugar donde comas y bebas.

Evita doblar demasiado el lomo. Aplanar un libro a la fuerza puede dañar el lomo y hacer que las páginas se salgan. Si el libro es de pasta blanda, no dobles las cubiertas frontal y trasera. Léelo en una superficie plana siempre que te sea posible. Si no, pon el pulgar al pie de una página y el dedo meñique al pie de la otra para mantener el libro abierto.

Evita apoyarte en el libro para escribir. Los bolígrafos y los lápices pueden dejar marcas en las cubiertas. Si presionas demasiado, podrías rasgar el papel y dejar el libro marcado.