Almudena Grandes

 

Almudena Grandes nace en Madrid, el 07 de mayo de 1960. Después de estudiar Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid, empieza a trabajar en el sector editorial.

Su primera novela, Las edades de Lulú (1989), obtiene un gran éxito de crítica y público y es traducida a más de 20 idiomas. Obtiene con ella el premio Sonrisa Vertical de novela erótica y es llevada al cine por Bigas Luna en 1990. Su siguiente novela, Malena tiene nombre de tanto (1994), es también es adaptada para la gran pantalla, esta vez por Gerardo Herrero en 1996.

Después de Malena publicó varias novelas protagonizadas por mujeres, como Atlas de geografía humana (1998), o Los aires difíciles (2002), llevada también al cine por Gerardo Herrero en 2006. En 2007 publica El corazón helado, que en 2008 gana el premio José Manuel Lara y el del Gremio de Libreros de Madrid.

En 1997 es la primera mujer que recibe el premio Rossone d’Oro, que antes habían obtenido escritores como Alberto Moravia o Ernesto Sábato. Vive a caballo entre Granada y Madrid, participa en encuentros literarios, y se reivindica como heredera de la gran novelística del siglo XIX, especialmente del realismo francés y de la narrativa de Benito Pérez Galdós.

Gran parte de sus novelas está ambientada en los años finales del s. XX, y muestra la vida cotidiana de la España de cambio de siglo. También le interesa la guerra civil española: En El corazón helado (2007) presenta el establecimiento de varias dinámicas de poder de la España contemporánea. Esta mirada al pasado se sistematiza a partir de Inés y la Alegría (2010), que da comienzo a una serie centrada en el conflicto bélico denominada Episodios de una guerra interminable, continuada con El lector de Julio Verne (2012), Las tres bodas de Manolita (2013) y Los pacientes del doctor García (2017). Según la autora, la quinta entrega de la serie, La madre de Frankenstein, está ubicada en la década de los 50.

En octubre de 2018 gana el Premio Nacional de Narrativa.

 

 

El corazón helado

El día de su muerte, Julio Carrión, poderoso hombre de negocios cuya fortuna se remonta a los años del franquismo, deja a sus hijos una sustanciosa herencia pero también muchos puntos oscuros de su pasado y de su experiencia en la Guerra Civil y en la División Azul. En su entierro, en febrero de 2005, su hijo Álvaro, el único que no ha querido dedicarse a los negocios familiares, se sorprende por la presencia de una mujer joven y atractiva, a la que nadie había visto antes y que parece delatar aspectos desconocidos de la vida íntima de su padre. Raquel Fernández Perea, por su parte, hija y nieta de exiliados en Francia, lo sabe en cambio casi todo sobre el pasado de sus progenitores y abuelos, a los que ha preguntado sobre su experiencia de la guerra y del exilio. Para ella sólo una historia permanece sin aclarar: la de una tarde en que acompañó a su abuelo, recién regresado a Madrid, y visitaron a unos desconocidos con los que intuyó que existía una deuda pendiente. Álvaro y Raquel están condenados a encontrarse porque sus respectivas historias familiares, que son también la historia de muchas familias en España, desde la Guerra Civil hasta la Transición, forman parte de sí mismos y explican además sus orígenes, su presente. También porque, sin saberlo, se sentirán atraídos sin remedio.